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En su fallo final emitido el jueves, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea anuló la multa de 1,06 mil millones de euros y desestimó parcialmente las acusaciones de comportamiento anticompetitivo.

Sin embargo, esta decisión del tribunal más alto de la UE no es la última palabra en la disputa que ha durado más de dos décadas. Intel presentó una nueva demanda contra la Comisión, impugnando una multa adicional de 376 millones de euros basada en elementos de la decisión de 2009, que fue confirmada por los jueces.

La historia comenzó hace 24 años, cuando un fabricante de chips rival presentó una denuncia ante las autoridades de competencia de la UE, lo que finalmente llevó a la apertura de una investigación en 2004. Cinco años después, en 2009, la Comisión concluyó que Intel había abusado de su posición dominante en el mercado y le impuso una multa récord de 1,06 mil millones de euros.

La Comisión afirmó que Intel, el mayor fabricante de chips del mundo en ese momento, abusó de su posición ofreciendo "descuentos secretos" a fabricantes de computadoras, como Dell, Hewlett-Packard y Lenovo, a condición de que compraran exclusivamente los procesadores de Intel.