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6.800 atletas de 205 delegaciones de todo el mundo pasaron en 85 barcos y barcazas frente a algunos de los monumentos más famosos de la capital francesa.

Durante la ceremonia, hubo actuaciones sorpresa, incluida una actuación de cabaret de la cantante y compositora estadounidense Lady Gaga y el regreso emotivo de la ícono canadiense Céline Dion.

El presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, dijo a los atletas en la inauguración de los 33 Juegos Olímpicos de Verano, que se celebran en un contexto político internacional y local difícil, que "forman parte de un evento que une al mundo en paz".

En los Juegos, que concluirán el 11 de agosto, participarán más de 10.500 atletas en 32 disciplinas deportivas.

El viernes por la noche, París llevó a cabo su plan de manera deslumbrante, respaldada por una operación de seguridad en la que participaron decenas de miles de policías.

La ceremonia concluyó en el Trocadero, cerca de la iluminada Torre Eiffel, cuando la llama, acompañada por un portador de antorcha enmascarado y un caballo mecánico, fue devuelta a Zidane, quien luego la entregó a Rafael Nadal, Nadia Comaneci, Serena Williams y Carl Lewis.

El cuarteto llevó la antorcha en un bote hacia el Louvre, donde fue transportada por varios atletas y para-atletas franceses, incluido el ciclista de 100 años ganador de la medalla de oro Charles Coste, y finalmente entregada a Riner y Pérec.

La pareja encendió un globo aerostático de 30 metros de altura, que parecía flotar sobre la ciudad.

El presidente del COI, Bach, dijo en su discurso a los atletas: "En un mundo destrozado por guerras y conflictos, gracias a esta solidaridad que reúne a los atletas de los 206 Comités Olímpicos Nacionales y al Equipo Olímpico de Refugiados del COI, todos podemos reunirnos esta noche".

Más de 100 jefes de estado y de gobierno, incluidos el primer ministro británico Keir Starmer y el presidente francés Emmanuel Macron, asistieron a la ceremonia.